martes, 25 de septiembre de 2007

Donostia Zinemaldia



Diez películas en 42 horas. Ése era el plan para el fin de semana. Comenzamos el viernes a eso de las siete y cuarto camino a San Sebastián. Llegaríamos con el tiempo justo de recoger las entradas y meternos a medianoche a ver “Fados” de Carlos Saura. Pero tan sólo a 25 kilómetros de Madrid, un atasco de casi media hora ponía muy complicado llegar a medianoche a Donosti. Por mucho que le aticé al Ibiza, el pobre no llegó a tiempo. Bastante hizo. Aparecimos a las doce y cuarto y en el festival y una vez empezada la sesión tienen la magnífica costumbre de no dejar entrar a nadie (¿por qué no lo harán en las sesiones comerciales?). Sinceramente, no ver una película excesivamente bien iluminada en la que se pasan dos horas cantando tristes canciones portuguesas no supuso ningún sacrificio. Me hubiera gustado llegar porque el 25% de nuestra expedición era portuguesa y ella quería verla. Yo sé que habría caído a los tres minutos en brazos (y pies y cuerpo) de Morfeo. Así que si no veíamos la peli, habría que localizar el hotel. El Monte Ulía, de una estrella, pero bastante decente, la verdad. Bien situado, en la misma calle que el restaurante de Arzak y tranquilo. A dormir, que al día siguiente nos esperaban seis películas.
A las siete y cuarto nos despertamos. Llueve. Después de desayunar en un bar enfrente del Kursaal nos pusimos manos a la obra. La primera película:
LA MAISON (La casa). 09.00h.
De lo que va: un tío lleno de clichés franceses (toma vino tinto delante de una ventana mientras mira al horizonte) que habla el francés tan mal como Sergi López le da por comprarse una casa porque allí vivió una niña de pequeña de la que se enamora cuando crece.
Lo que me parece: es tan francesa como lo puede ser una película francesa. Eso sí, también tienen de protagonista a una chica tan guapa y francesa como sólo puede ser una francesa. Ni fu ni fa. No es ofensiva pero no pasará a la historia del cine. Tiene alguna secuencia buena como la de la subasta y demasiado cliché. Y por favor: ¡no acabéis nunca más una película con un plano congelado! Ya era feo con Truffaut
Nota: 5/10.
Sólo nos da tiempo a un café rápido y meternos en el Kursaal 2 para ver una israelí:
FOUL GESTURE (Gesto feo). 12.00h.
De lo que va: una mujer le hace la peineta a un tío que le pita en un atasco. Al del atasco le sienta mal y pasa por delante del coche cargándose la puerta. El marido de la peinetero (un sin sangre) intenta que le pague los desperfectos pero el tío es un mafioso y ni la poli puede con él. Como el tío le dice que no le paga, el sinsangre le raya el coche. El otro le hace otra, el sinsa le hace otra y así sucesivamente. Lo que suelen llamar en las noticias “escalada de violencia en Israel”.
Lo que me parece: es muy modesta, está rodada en vídeo e hinchada a 35mm, pero es bastante divertida y sin pretensiones. El desarrollo del personaje (el sinsa que acaba convirtiéndose en héroe) está muy conseguido y cuenta cosas muy curiosas del país. Además el director al final nos lanzó pelotas anti-stress como regalo por haber visto su película.
Nota: 7/10.
Hora de comer. Nos vamos a la parte vieja, calle Fermín Kalbetón. Según se sube, el tercer bar a la derecha, uno con baldosas blancas y negras nos propone pintxos de magret de pato con ciruela, bacalao al pil-pil con tinta de calamar, oreja crujiente (una exquisitez que se derrite en la boca) y el summum, rissotto de Idiazábal con chipirones. Aghhhhh (sonido Homer Simpson). Sublime. El arroz estaba como inflado y era tan suave en la boca… La siguiente la tomaríamos en un bar en la paralela a Kalbetón. Rollito de gambas con verduritas y tartaleta de foie con hongos. Todo regado con txacolí. Magnífico. El cine siguiente nos pillaba lejos. Allí en el Antiguo Berri vimos una alemana:
DIE ANRUFERIN (La niña que llama). 16.00h.
De lo que va: una tipa zumbada se dedica a llamar a la peña poniendo voz de niña para que se sientan mejor y cuando la peña quiere conocer a la niña, la tipa les dice que se ha muerto. Además tiene una relación amor-odio con su madre.
Lo que me parece: al ver que no llegaba a ningún lugar, ser las cuatro de la tarde y estar en asientos tan cómodos, tomé la sabia decisión de dormir un poco, que todavía quedaban tres películas más por ver. No me perdí mucho. Al 25% portugués le pareció de gran profundidad psicológica. Mejor para ella. Mis conocimientos de psicología sólo me alcanzan para creer que lo que le hace falta a la protagonista de la peli es un buen polvo.
Nota: 0/10.
Lo único bueno de la película es que duraba 80 minutos. Con lo cual nos quedaba más de una hora para la siguiente. Tiempo perfecto para pasear por la Concha. A las seis y pico llegamos a los Príncipe para ver una española:
¿Y TÚ QUIÉN ERES? 18.30h.
De lo que va: a un abuelo le meten en una residencia por tener Alzheimer.
Lo que me parece: De vergüenza ajena. Todo lo que sale en pantalla (salvo los créditos) da mucha grima. Da pena que alguien que ha hecho “La hora de los valientes” haga esto. Cada línea de diálogo parece saca textualmente de un folleto informativo de los que saca la Seguridad Social para hablar del Alzheimer. Los actores, el guión, la dirección, las situaciones… ¡qué vergüenza! Y encima Mercero allí al lado viéndola dos filas detrás de nosotros. Y luego quería comentarla. Menos mal que teníamos una a las 20.30 en el Victoria Eugenia y llegábamos con el tiempo justo. No esperamos ni a las letras para salir pitando. Si hubiera podido ducharme después de verla lo habría hecho. Uhhhhh (escalofrío).
Nota: -∞/10 (menos infinito sobre diez).
Pues eso, que no llegábamos. Menos mal que hicimos trabajo de campo con Silvia y nos guardó sitio (algo que no le pasó a Concha García Campoy y Andrés Vicente Gómez, que pasaron por delante de nosotros buscando asiento desesperadamente.) Nos tocaba una norteamericana.
IN THE VALLEY OF ELAH (En el valle de Elah). 20.30h.
De lo que va: un antiguo militar busca a su hijo y al encontrarle muerto intenta averiguar lo que le ha pasado.
Lo que me parece: soberbia, espectacular, enorme. Una historia que habla de tantas cosas, tan bien contadas, tan necesarias, sin subrayados toscos, con elegancia, con una planificación estupenda y actores perfectos. Reencuentro con el Cine por todo lo alto. Este tío es muy bueno, el Haggis. Aprender al lado de Clint Eastwood debe ser la hostia.
Nota: 9/10.
No tenemos mucho tiempo para llegar a la próxima. Nos separamos: el 50% se va a por comida y el 50% nos vamos a coger sitio. Toca una rumana con buena pinta:
4 LUNI, 3 SAPTAMANI SI 2 ZILE (4 meses, 3 semanas y 2 días). 23.00h.
De lo que va: un par de rumanas se pasan un día para intentar abortar y enseñarnos que dura es la vida en la Rumanía de los años 80.
Lo que me parece: para ser una Palma de Oro es baratita (junto con Fahrenheit 9/11, de las más baratas que recuerdo). Tiene cosas buenas (actores, planos secuencias muy bien coreografiados,…) pero es un coñazo de los buenos. Pero claro, es cutre, está desenfocada, cámara en mano, habla de penurias y es del este. Normal que los críticos la consideren la mejor película del año. El día en el que los críticos elijan algo tan divertido, profundo, bien realizado como “Ratatouille” como la mejor película del año empezaré a confiar en ellos.
Nota: 5/10.
Es casi la una de la madrugada. Prueba superada. Hemos aguantado seis películas enteras en un día. Creo que no se pueden ver más. Por horarios, porque ni antes de las nueve, ni de dos a cuatro de la tarde, ni después de la una hay proyecciones. Vuelta al hotel y dormir que estamos reventados.
A las siete y cuarto otra vez arriba. Hoy no llueve. Los domingos por la mañana en San Sebastián los bares no abren. ¿Dónde desayunan? Compramos unos pasteles y nos los comemos por la calle. Un señor raro que pasea a su perro nos dice que hay una cafetería abierto cerca. Es un bar Guinness, pero sirven café. Nos vale. Hoy empezamos en el Kursaal con una franco-hispano-luso-norteamericana:
THE INNER LIFE OF MARTIN FROST (La vida interior de Martin Frost). 9.00h.
De lo que va: Un escritor se retira al campo. Allí de sorpresa aparece una misteriosa mujer. Es una musa, de la que se enamora el escritor y por la que está dispuesto a abandonar su obra.
Lo que me parece: un cuentecito leve, graciosito, bonito, rollito realismo mágico,… Todo lo que se me ocurre son diminutivos porque la película sin ser un insulto, no tiene mucho más recorrido. Lo ves, pasas un ratito amable y lo olvidas. Lo mejor, Michael Imperioli y la sensación de que Paul Auster nos intenta colar a su hija para darla a conocer (canta, actúa, sale guapa,…).
Nota: 5/10.
Nos da tiempo a ver un ratito de la rueda de prensa. Constatamos dos cosas: que Auster no es un tipo especialmente gracioso y debe de ser muy tímido (no se quita las gafas de sol en ningún momento); y dos, que los periodistas habían visto muchas películas parecidas a la suya y poco menos dijeron que había robado de todos lados. Yo, si hubiera sido él, habría dicho: “a ver, una duda, de entre los presentes que levante la mano quien tenga un Príncipe de Asturias… Ya lo imaginaba, hijos de puta”. Toca la siguiente en el mismo Kursaal, una austro-alemana:
FREE RAINER (Reclama tu cerebro). 12.00h.
De lo que va: un productor de telebasura quiere dar un giro a su vida al ver la mierda que hace. Para eso ficha a unos pringaos con los que decide manipular las audiencias para que desaparezca la telebasura y la gente vuelva a pensar por ellos mismos.
Lo que me parece: una película peligrosísima, porque para denunciar un fascismo propone otro encubierto de revolución cultural. Lo peor es que a la gente le gustó mucho. Normal, porque el director les habla guiñándoles el ojo como diciendo “tú y yo sí somos listos”. Aparte de secuencias de enorme vergüenza (cuando desaparece la telebasura, la gente sale a los parques a leer poesías de Rilke y a ser felices), la película tiene un discurso tan infantil y tan populista (“os merecéis algo mejor, yo sé lo que es y cómo conseguirlo”) que es capaz de llegar a todo el mundo. Un tal Hitler hacía cosas parecidas. El problema es que si vas a demonizar a la televisión como el mayor mal de nuestra sociedad, ten huevos y no hagas una película, haz una tv-movie y dices lo mala que es la tele y lo borrego que son los que la ven. Pero claro, es más fácil tirar la piedra y desde cuanto más lejos, mejor. Posible premio (quizá a la dirección).
Nota: 0/10.
Volvemos a la zona vieja para pintxear. Ninguno es tan bueno como el de las baldosas blancas y negras. Hay sitios muy costumbristas pero no por ello dejaban de ser magníficos. El problema de estos sitios es que no pides sino que coges y es una perdición para gente como yo. Tomamos dos y vamos a otro. Recomendado. Brocheta de gambas y Mari Juli (pintxo de pimiento, salmón y anchoa). Estupendo. Última película. Una tailandesa:
PLOY. 16.30h.
De lo que va: un matrimonio espera en el hotel y el marido invita a una joven a subir a descansar a su habitación. La mujer está celosa. Los camareros follan. A la mujer la secuestran y violan y la niña desaparece.
Lo que me parece: un tueste notable. Los orientales tienen el jodío defecto de hacer que los planos duren dos segundos más de lo necesario. Había cosas no buenas pero bien, ideas que no desarrolla y que tenían posibilidades y mucha, mucha tontería.
Nota: 2/10.
Fin del festival para nosotros. Coche y a Madrid.
Resumiendo: lo mejor, Haggis, el risotto y la compañía.
Agur y hasta otro año.