miércoles, 9 de mayo de 2007

pequeñas y grandes decepciones


El de la foto es mi hijo Raúl. Tiene poco más de trece meses (en la foto tiene menos y los dientes que lleva no son suyos). Por suerte, de un tiempo a esta parte puedo disfrutar más de él y casi siempre le baño a eso de las ocho y media. Hoy, mientras jugábamos al baloncesto en una pequeña canastita que tiene pegada a la pared con dos ventosas, se ha empezado a tocar la cola, a tirar de ella y a reírse. Digo cola porque decir "pene" a estas edades -a la suya y a la mía- me resulta ridículo. Hasta ahí bien y todo normal. Será pasión de padre, pero mi hijo tiene la risa más bonita del mundo. El problema ha llegado un poco más tarde, cuando a su corta edad se ha llevado la primera gran decepción de su vida y quizá también una de las lecciones más importantes que los hombres (no los seres humanos, los hombres) aprendemos a lo largo de nuestra existencia.
No, no ha descubierto quiénes son los Reyes Magos ni que el Atleti (su equipo) nunca ganará la Champions. Ha sido algo más grave.
Tras jugar un rato más con su cola, se ha agachado todo lo que podía hacia ella, ha hundido la cabeza en el agua, la ha levantado al momento y me ha mirado extrañado. Y he comprendido lo que significaba esa mirada. Sin palabras me ha dicho: "Papá, no me llega la cola a la boca". Yo sólo me he encogido de hombros y le he dicho que no, que nunca llega. Cuando ha salido del agua le he notado algo más triste pero también más maduro.
Él, a los 13 meses ya sabe que no le llega. Yo, a los 18 años, aún intentaba que me llegara.

4 Comments:

Blogger Martín said...

Pobrecito, aunque como dicen q los niños son de goma, cualquier día te da una sorpresa.

Y siempre hay espacio para el contorsionista, una vez vi un video de un chaval q llegaba, eso sí, la postura no era nada cómoda, ni viable para algunas estructuras físicas.

10 de mayo de 2007, 11:22

 
Blogger Ilse said...

¡Joder, Gafulis, que hablas de tu hijo! Uno nunca piensa en sus hijos chupándose la cola ni en sus padres echando un polvo.

Por cierto, yo el domingo descubrí que sí llego... obviamente no a la cola. Hasta le hemos acuñado un término, no te digo más.

PD: ¡Qué chupete tan sssstupendo!

10 de mayo de 2007, 12:15

 
Anonymous Anónimo said...

pobre niño , se esta sometido a experimientos , le deberian guardar la paga ya por haberse ofrecido a semejante prueva aunque visto que ha sido forzosamente jajajja

17 de mayo de 2007, 17:34

 
Blogger cosaensi said...

JO JO JO JO JO oye mi hijo albert, el que pronto cumplirá dos años jamás ha hecho eso delante de mi, es porque son cosas de hombres?

4 de junio de 2007, 12:49

 

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