lunes, 16 de abril de 2007

Dead word walking

La R.A.E. ha condenado a muerte a unas palabras que, por lo que yo sé, no le han hecho daño a nadie. Su único pecado ha sido dejar de ser usadas. Pero pongámonos por un momento en la piel de las palabras. Bastante desgracia tienen ellas sintiéndose olvidadas por todos como para que encima les apliquen la inyección letal. Y todo porque hay que dejar hueco a las palabras que llegan, que ya me dirás tú por qué no pueden convivir en una misma lengua Churriana y Salvapantallas.
Quizá no hayan tenido suerte en la vida por no ser de buena familia (¡cómo le hubiera cambiado la vida a Acertajo si se hubiera llamado Sexo, Zapato o Rojo, palabras que nunca desaparecerán del diccionario, que siempre estarán allí en boca de cualquiera de los 400 millones de personas que hablan nuestro idioma!).
Hoy he cogido el diccionario y les he hecho una visita a estos presos en su corredor de la muerte. No os voy a engañar. No tenían buena cara. Estaban cenando sin ganas con su traje naranja y los grilletes atenazaban sus vocales.
He hablado un rato con Batiborrillo. Me ha contado la historia de su vida, lo duro que ha sido siempre ser menos culto que su hermano, quedarse a vivir en el pueblo, ser de vez en cuando el hazmerreír de los señoritos de la ciudad. Me ha preguntado si sabía algo de su indulto. No le he mentido. Le he dicho que estaba complicado, que a la gente ya no le gustan las palabras tan largas, y me ha mirado con ojos tristes. En un arrebato de dignidad me ha dicho que por lo menos tiene el honor de irse a la tumba de una sola pieza, que a él nunca le han acortado en un mensaje de móvil, que nunca no ha sido "btbrrllo".
Me he despedido de todas y cada una de ellas. "Me acordaré de vosotras", les he dicho. "No, no lo harás", me ha respondido Hogueril, "pero gracias de todas formas". Y tenía razón. Sé que llegará un día en que no recordaré a ninguna de ellas y seguiré viviendo tranquilamente.
Lo único que espero es que cuando mueran se reencarnen en otro idioma y sigan viviendo en macedonio, en tzotzil o en oshiwambo y allí signifiquen cosas que en nuestro idioma no han podido, o no les hemos dejado, significar.

1 Comments:

Blogger Martín said...

Una lástima la verdad, pero una de las que comentas la seguiré utilizando, ya que para mi madre es tan normal como zapato.

La elegida es Batiburrillo, es cierto que tiene un pequeño giro, pero así la escuché siempre.

17 de abril de 2007, 9:24

 

Publicar un comentario

<< Home